Corte IDH para periodistas # 4 — Violencia de género desde el sistema interamericano de Derechos Humanos

Marilachang
4 min readSep 14, 2020
Diario Jurídico

Con la participación de la Jueza Elizabeth Odio Benito, Presidenta actual de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La pandemia afectó de forma diferenciada a Latinoamérica, un continente marcado por la desigualdad. La cantidad de contagios y fallecidos sigue en ascenso, pero además existe la otra pandemia que afecta a estas sociedades: la pandemia de la violencia de género.

La presidenta actual de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Jueza Elizabeth Odio Benito, compartió con los y las periodistas que cursamos el Diploma de “Periodismo y Derechos Humanos en Latinoamérica y el Caribe” impulsado por la Corte IDH, en la cuarta sesión de un curso marcado por un gran interés en la materia.

Odio Benito empezó el curso recordando que para ubicarnos en el tema hay que tener en cuenta que la violencia de género, la violencia contra las mujeres y niñas, “es una pandemia histórica, que las mujeres por ser mujeres hemos enfrentado hace siglos”. Por ejemplo, “en el contexto de conflictos armados y guerras se asumía que las mujeres iban a ser violentadas, violadas, abusadas”. Eso, recordó, era visto como un efecto colateral de la guerra y no como algo que repudiar o denunciar.

Esa visibilización o la puesta en evidencia de que era una violencia específica, ha empezado recientemente. La jueza fue parte del Tribunal Militar de la Antigua Yugoslavia en donde fueron pioneros en plantear como crimen de guerra la violencia sexual contra las mujeres. Vemos entonces, que efectivamente la definición y denuncia de estos crímenes, parte importante para empezar a ponerle límite a la impunidad, tiene poca data.

La impunidad como aliciente

“El contexto de la violencia de género se impulsa por la impunidad”, afirmó Odio Benito y se basa en que los perpetradores continúan actuando amparados por un sistema que no los penaliza, porque los agresores no estaban siendo juzgados y muchos marcos legales siquiera tipifican estos crímenes como lo que son.

Sin embargo, luego de tanto camino transitado y de haber, finalmente, identificado las violencias contra las mujeres como crímenes específicamente tipificados como crímenes de mujeres por ser mujeres, se gestaron instrumentos internacionales muy sólidos para enfrentar y afrontar la situación. Se trata de la Convención contra toda forma de discriminación a las mujeres, CEDAW y a nivel regional la Convención de Belem do Pará…. para prevenir erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres.

En el año 2006, la Corte IDH dictó una primera sentencia relativa a este marco, caso que se denominó Penal Castro Castro vs Perú y desde allí se comenzó a desarrollar una jurisprudencia con perspectiva de género.

Otra de las sentencias a tener en cuenta en este ámbito es la conocida como el caso Campo Algodonero de México. Se trató de unas jóvenes que desaparecieron y luego fueron encontradas violadas y torturadas. Esa sentencia fue emblemática y trascendental en la Corte porque examinó todo lo que tiene que ver con la violencia contra las mujeres y se analizó cómo en los órganos policiales y los órganos judiciales no se le da la importancia, ni el seguimiento que ameritan las denuncias, contó la jueza.

¿Quiénes son responsables?

Si bien la responsabilidad de los órganos policiales y judiciales es evidente, la jueza Odio Benito alerta sobre la incidencia que tienen los medios de comunicación en perpetuar en la sociedad estereotipos de género e ideas patriarcales y machistas que acrecientan o afloran la discriminación por razones de género. Se habla de una “responsabilidad social de los medios en los feminicidios”.

Es importante decir que decir, y en eso coincidimos con la jueza, que la ley por sí misma no resuelve el problema ni la desigualdad de género y la discriminación. “Subir las penas no resuelve el problema. Por un lado tenemos impunidad y por el otro lado tenemos los estereotipos sociales que son los que más daños nos hacen. Ahí está el papel de los medios de comunicación”, alertó la jueza.

Es por ello que insiste en que se deben impulsar políticas públicas, económicas, judiciales, educativas en la sociedad. Hay que recordar que la respuesta y la presión por estos cambios ha venido de grupos de mujeres, de colectivas feministas, pero se hace un llamado: es momento de incluir en esta lucha a los hombres. Se les invita a que denuncien, que participen, que pidan, exijan a los gobiernos que no creen que las denuncias sean verdaderas.

Finalmente, y como forma de aportar a cerrar brechas de género, se hizo un llamado a que desde los medios se presione a los Estados a nominar juezas mujeres para la Corte IDH. Si bien la presidenta actual es mujer, en la historia de la Corte sólo ha habido 5 juezas frente a 34 jueces. El cambio y la posibilidad de cambio está en pequeñas y grandes acciones, en todos los espacios de la sociedad.

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Marilachang

Periodista. DDHH. Migración. Investigo sobre salud sexual y reprodudictiva.